Según el último informe del Censo de la Vida Marina, el 90%
de la biomasa existente en el mar corresponde a animales diminutos. Estos
microorganismos, basamento de la pirámide trófica, son de igual modo esenciales
para la vida en todas las partes del planeta, ya sea por encima o por debajo
del nivel del mar. Y en el orden de los animales microscópicos que pueblan los
océanos prevalecen sobremanera los microbios y otros seres unicelulares. Se
calcula que el número de estos especímenes alcanza el quintillón de unidades.
En el Censo de la Vida Marina participan hasta 2.000 científicos de 80 países,
lo que da una idea de su fiabilidad. La organización ha analizado 1.200 áreas
marinas alrededor del mundo.
Como decimos, los microbios marinos son esenciales en el proceso
vital por cuanto se muestran como los actores protagonistas en la conversión
del dióxido de carbono atmosférico en simple carbono orgánico inane. Estos
microbios canalizan de forma análoga los trasvases de elementos como el azufre,
el hierro o el magnesio terrestre. Vemos, con todo ello, la absoluta
trascendencia de los microbios en los procesos regenerativos de la biosfera.
Las comunidades microbianas, a pesar del reducido tamaño de
sus componentes, llegan a ser tremendamente extensas. Así, por ejemplo, se ha
descubierto frente a las costas de Chile y Perú una amalgama de microbios del
tamaño de Grecia que podría considerarse el ser vivo más grande del planeta.
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